jueves, 30 de diciembre de 2021

Santo León Magno


 Martirologio Romano: Memoria de san León 1, papa, doctor de la Iglesia, que, nacido en Etruria,

primero fue diácono diligente en la Urbe y después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo

derecho ser llamado "Magno", tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación

como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los

legados del Concilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en

este día tuvo lugar su sepultura en San Pedro del Vaticano (461 ).

Etimología: León =Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino


Breve Biografía


El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia por el

prestigio moral y político Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado llevó a

cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción,

arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado constantinopolitano

y del vicariato de Arles.


León 1 el Magno o el Grande, también llamado San León Magno; Volterra, hacia 390 - Roma, 461 Papa de la Iglesia Católica (440-461).

Fue arcediano de Roma y consejero de Celestino 1 y Sixto 111, a quien sucedió. Favorecido por las circunstancias y por el emperador

Valentiniano 111, logró que en la cristiandad occidental la concepción de la Iglesia como una federación de sedes episcopales dotadas de

amplia autonomía fuera definitivamente desplazada por una concepción jerárquica, en la que la primacía corresponde al pontífice romano.


En este sentido, San León Magno fue el papa más importante del siglo

V: durante su pontificado, la cobertura teorética y la concreción real del

primado romano alcanzaron su primer punto culminante. Se

comprometió asimismo en la salvación de la cultura occidental: obligó

al rey de los hunos, Atila, a retirarse ( 452), y consiguió proteger a Roma

de los ataques del rey de los vándalos, Genserico ( 455). De gran

importancia en la política eclesiástica fue la institución de una

embajada papal permanente en la Corte imperial de Constantinopla.


En el plano religioso, San León Magno combatió a los seguidores de

Pelagio y a los maniqueos y condenó el monofisismo. En numerosos

escritos breves (el más famoso, Tomo a Flaviano, es una declaración

dogmática sobre las dos naturalezas de Jesucristo) propuso sus concepciones teológicas; escribió también el misal que luego pasó a ser

el Sacramento leonino.


Decidido a acabar con el paganismo, condenó los juegos de circo. Intervino en Galia contra el obispo de Arles (449) y consolidó su autoridad

en Hispania y África. Condenó a Nestorio y Eutiques en las controversias cristológicas (449) y fue a su vez condenado por el Concilio de

Éfeso, a lo que respondió convocando el Concilio de Calcedonia (451).


Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su

función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles.

Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor

humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173

cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo las homilías nos muestran al Papa, uno de los

más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a

los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces

para la práctica de la vida cristiana.


Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor,

se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática

del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el

emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo. Proclamado doctor de la Iglesia en 1754, su festividad se conmemora el

1 O de noviembre; en la Iglesia griega, el 18 de febrero.

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