jueves, 30 de diciembre de 2021

Santa María Bertila

 

Martirologio Romano: En Treviso, en Italia, santa María Bertila (Ana Francisca) Boscardin,
virgen de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea de los Sagrados Corazones, que
en su trabajo en un hospital se mostró solícita de la salud corporal y espiritual de los enfermos
(t 1922).

Fecha de beatificación: 8 de junio de 1952 por el Papa Pío XII.

Fecha de canonización: 11 de mayo de 1961 por el Papa Juan XXIII.

Breve Biografía

Anna Francesca Boscardín era una muchacha campesina nacida en Brendola, cerca de Vicenza,
en el seno de una familia de agricultores. Trabajó en los campos, frecuentó la escuela unos
pocos años y trabajó como criada en las casas del poblado. Le gustaba la vida parroquial y formó
parte de la Unión de las Hijas de María, enseñando el catecismo a los niños. Desde joven se
caracterizó por su espiritualidad mariana.

A los 17 años, por indicación de su párroco, se hizo religiosa de las Maestras de Santa Dorotea,
Hijas de los Sagrados Corazones, y tomó el nombre de María Bertila. En su comunidad, como no la consideraron ni muy despejada, ni capaz
de hacer grandes cosas, le confiaron los quehaceres de cocina. Al ingresar ya había dicho: "Soy una pobre cosa, una gansa. Enséñeme.
Quiero convertirme en una santa"

Profesó en 1907, y fue enviada a Treviso, donde trabajó en un asilo infantil, y al estallar la 1 Guerra Mundial, ejerció como enfermera en un
hospital militar cerca de Como; allí despertó grandes admiraciones por su serenidad durante los bombardeos y su abnegada solicitud para
con los enfermos, a los que logró atraerlos a la fe a muchos de ellos. Consiguió con gran esfuerzo el diploma de enfermera. En 1910, tuvo
que someterse a una operación para extraerle un tumor cerebral.

Al concluir la guerra, una superiora decidió que,
debido a su escasa instrucción y a sus cortas luces,
sólo podían encomendársele tareas serviles, y pasó
a una lavandería, aunque en 1919 volvió al asilo de
Treviso. Su salud nunca había sido buena, y una
dolorosa enfermedad le llevó al quirófano del que no
saldrá con vida. Entonces la comunidad se dio
cuenta que la "tonta" de sor Bertila había dejado un
recuerdo imborrable en quiénes la habían conocido.
Su tumba colocada inicialmente en el cementerio de
Treviso se convirtió en centro de peregrinación
popular. Hoy sus restos descansan en la capilla de la
casa madre de Vicenza. Dejó escrita su vida en su
"Diario espiritual". El papa san Juan XXIII la canonizó
el 11 de mayo de 1961.


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